jueves, 31 de enero de 2013

¿Cómo debe ser un profesional del sector mascotas?


Mi punto de vista sobre esta pregunta.
Estamos en un ciclo económico difícil y no porque cuando había trabajo no acudiéramos a nuestros puestos, o porque eludiéramos los pagos a proveedores y Estado, no. Estamos porque como bien vemos todos los días en periódicos y televisión, aquí se ha robado y mucho. Hecha esta pequeña introducción quiero llevar esta problemática al sector mascotas.

Hoy prima más que nunca el vender sobre todas las cosas. Buena parte de los puestos de trabajo ofertados son comerciales. Trasladando esto a una tienda de mascotas, si seleccionáramos un dependiente para un negocio de animales, deberíamos elegir licenciados en marketing, o personal con experiencia comercial priorizando sobre el asesoramiento especializado que te puede dar un veterinario, un biólogo o una persona que lleva toda su vida cuidando mascotas. Esta afirmación se está haciendo efectiva en buena parte de los comerciales que acuden a las tiendas y secciones de mascotas a vender sus productos. No son profesionales del sector o simplemente no han renovado sus obsoletos conocimientos; se limitan a vender que es el objetivo primordial y, apoyándose en un curso básico sobre mantenimiento animal (muchos no han tenido ni siquiera un hamster o un acuario en su vida), se creen con potestad de opinar sobre todo para vender que es el objetivo puesto por la empresa y les va a generar una comisión variable.
Desde mi punto de vista, un dependiente de mascotas debe ser una persona más elegante y cercana. Una persona capaz de resolver problemas que les surgen a los clientes con sus animales y cuya solución haga feliz al consumidor al ver a su mascota sana y en forma tras la puesta en marcha de los consejos dados por el vendedor. De esta manera se obtendrá de una manera sencilla una fidelización y un vínculo entre cliente-dependiente al compartir una afición común, y todos los que nos dedicamos a la venta sabemos lo difícil que es fidelizar un cliente y los beneficios que esto conlleva. Soy de la idea de que si no queremos arruinar el negocio, no debemos abusar de la buena fe de los clientes vendiendo artículos inútiles o ineficaces. Es muy importante saber lo que vendemos y a quién se lo vendemos. Alguien sin conocimientos, que sólo sepa embaucar va a vender, sí, pero llegará un punto en el que provoque un miedo a entrar en la tienda: si entro  me van a intentar vender. Es mejor que nuestra tienda sea un lugar cercano en el que se pueda comprar sin presiones y compartir una afición gracias a la buena colocación del producto y, sobre todo, a los conocimientos especializados de sus dependientes.

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